El sistema de Biodanza creado por Rolando Toro estimula cinco aspectos del ser que él llamó líneas de vivencia: vitalidad, creatividad, afectividad, sexualidad y trascendencia.
Las personas que asisten regularmente a clases de Biodanza experimentan estos cambios:
- Recuperar la energía vital y la alegría.
- Mayor disfrute por la vida y los placeres cotidianos.
- Escucha del cuerpo y regulación homeostáica.
- Mejora del sueño.
- Mayor disfrute en las relaciones humanas.
- Aumento de la empatía.
- Permiso de expresarse y mostrarse como uno es.
- Mayor confianza en uno mismo, en los demás y en la vida.
Cada sesión de Biodanza tiene una duración de una hora y media. La facilitadora propone ejercicios y músicas para expresar con el cuerpo aquello que se desea trabajar según los objetivos de la sesión.
La primera parte de la clase es más activa, con propuestas lúdicas, para soltar las tensiones acumuladas a lo largo de la semana y estimular la parte creativa del cerebro. De manera progresiva, se va entrando en ejercicios para estimular el reposo y el contacto afectivo con uno mismo y con los demás.
Para hacer Biodanza no necesitas saber bailar ni tener ninguna cualidad especial. En las clases vamos avanzando con progresividad hacia una mayor integración de la vivencia, respetando siempre la autorregulación de cada uno y cuidando la interacción entre los miembros del grupo.
Te invitamos a formar parte de esta hermosa tribu de biodanzantes, despertar en ti los potenciales dormidos, abrir tu corazón a la afectividad y recuperar la alegría de vivir.