Se recomienda ante molestias repetitivas, habitualmente ocasionadas por malas posturas o malos hábitos, estrés o vida sedentaria. A veces subyace una carga emocional.
Previamente al masaje estudiamos el origen del síntoma por el que la persona acude.
A veces un dolor de espalda puede proceder inicialmente de un diafragma muy apretado, o un dolor de hombros puede hablarnos de una compensación en zona lumbar debilitada.
Estos masajes son más intensos que los masajes relajantes, con ritmos más rápidos y profundos. En ocasiones se trabajan sobre puntos dolorosos teniendo en cuenta la energía vital, su recorrido y el lugar donde se bloquea.
Requieren que la persona participe de manera activa con su atención y con la respiración, percibiendo sus sensaciones corporales y estando presente en lo que sucede en su cuerpo en cada momento.
Este tipo de masaje suele durar entre 60 y 90 minutos y puedes solicitarlo mediante cita previa, en sesiones aisladas o en bonos de 5 o 10 sesiones (consulta la disponibilidad)